Maestros Argentinos: una escuela de San Juan ganó un millón de pesos por un proyecto de robóticaVigente

10 septiembre 2019
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«Dire, traiga los kits de robótica y empezamos a probar nosotros», le propuso un alumno a Ivana Rivas, que está a cargo de la Escuela de Educación Secundaria Obispo Zapata, de Caucete, San Juan. Habían llegado los paquetes del programa Aprender Conectados, que implementa educación digital y programación para todos los niveles obligatorios, pero estaban guardados, porque a 42 kilómetros de la capital provincial no había ningún facilitador que pudiera enseñar a usarlos. Así se fundó en 2017 el club de robótica Morning Club, en el que alumnos y docentes resignaron fines de semana para aprender a la par ese saber que revolucionó a la escuela. Y entusiasmó a varias más de la zona.

Al poco tiempo, alumnos de esa escuela secundaria ganaron la Maratón de Programación y Robótica 2018. Y ahora, un año después, se llevaron el primer premio del certamen Maestros Argentinos, una convocatoria del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología que reconoce a docentes del nivel medio que con sus proyectos logran mejoras en el aprendizaje de los estudiantes.

Desde Chilecito, La Rioja, hasta Macía, Entre Ríos, diez equipos de educadores de ocho provincias llegaron hoy por la tarde al Centro Cultural Néstor Kirchner (CCK) para disputarse el primer premio. Fueron elegidos entre más de 1000 que se postularon para la cuarta edición del premio.

Todos ellos desarrollan proyectos que entusiasman a sus alumnos y generan valor para sus comunidades. Es el caso de la escuela de Santa Fe que realizó adoquines ecológicos para pavimentar áreas que se anegan fácilmente o de la de Corrientes que puso en marcha potabilizadores de agua que se pueden hacer sin energía eléctrica y a muy bajo costo. Otro proyecto es el de una escuela de Misiones que creó una radio comunitaria, la única de la región, y otro, la iniciativa de una escuela de Entre Ríos que comenzó a reutilizar el suero, abundante desecho de la industria láctea, que pasó de ser un desperdicio a un fertilizante para huertas.

Podía participar del certamen cualquier equipo docente de al menos dos integrantes que se desempeñaran actualmente en una escuela de gestión estatal y nivel secundario de cualquier modalidad. Debían haber elaborado un proyecto pedagógico orientado a la mejora de los aprendizajes de los estudiantes.

Los docentes y alumnos de Caucete no podían dejar de saltar de emoción sobre el escenario de la Sala Argentina del CCK en cuanto escucharon que se llevaban el primer premio, equivalente a $1.000.000 para la escuela.

«¿En qué vamos a invertir el dinero? En computadoras, robots, impresoras 3D, proyectores, parlantes y todo lo que necesitamos para seguir aprendiendo», enumeró sin dudar Bruno Olmos, de 14 años, que viajó hasta Buenos Aires en representación del club de robótica. «Este premio nos viene muy bien para comprar los recursos que nuestra escuela no puede costear», explicó.

Impacto

En la escuela de Caucete, los saberes de robótica se aplicaron dentro del aula y en coordinación con otras materias (se generaron mapas 3D para no videntes y robots que pueden formar figuras geométricas), y, por fuera de la comunidad educativa, en la mejora de la producción de los viveros. «Vas solucionando los problemas de la comunidad, es una emoción total», dijo Román Quiroga, de 17 años, que quiere anotarse en la universidad para seguir estudiando programación.

«La aplicación de los recursos tecnológicos ha podido acercar a los adolescentes de las zonas más alejadas a un mundo más real: a tener ganas de seguir estudiando o de seguir una carrera en el futuro -agregó la directora Rivas-. Esta era una comunidad en la que la educación no importaba y nadie iba más allá de tercer año de la secundaria. Desde el año pasado, los chicos ganaron confianza y tuvimos nuestra primera promoción de sexto año». El mayor orgullo: el joven de Caucete que acaba de comenzar a estudiar Ingeniería en Sistemas en la UBA. Y cuentan los docentes que le sobra potencial, pero necesita una beca.

Wilson Ramiro González, profesor de Geografía que integró la comitiva ganadora, reconoció que fue un desafío aprender un saber nuevo junto con los alumnos. «Ha sido un gran esfuerzo para nosotros. Por eso creo que es muy importante que los docentes tengamos una mente abierta, porque los chicos hacen maravillas. Nosotros tenemos que darles las herramientas, pero ellos nos sorprenden, es increíble. Hemos aprendido a la par de ellos», afirmó.

Para seleccionar a los finalistas, el Ministerio de Educación consideró la innovación, el potencial inspirador, la sustentabilidad y la extensión a la comunidad, entre otras cualidades.

El objetivo del premio es revalorizar a los docentes, reconociendo su motivación, así como poner énfasis en la necesidad de renovar las prácticas de enseñanza para que sean efectivas en la sociedad del conocimiento.

Los otros nueve finalistas del certamen (ver aparte) se llevaron reconocimientos económicos: $500.000, $400.000, $300.000, $200.000 y $100.000 para los cinco últimos. Antes de ser seleccionados, presentaron un plan de acción que describía el destino que se les daría a los fondos, que deberán ser utilizados para la expansión del proyecto mediante la compra de materiales pedagógicos o la formación del equipo docente involucrado.

En la ceremonia de entrega de premios estuvieron presentes el presidente Mauricio Macri y el ministro de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, Alejandro Finocchiaro. Macri destacó a los maestros que «hacen futuro» en cada rincón del país y que «la educación es lo que hizo, lo que hace y lo que hará crecer a la Argentina». Y agregó: «No hay herramienta más potente para luchar contra la pobreza que una educación de calidad. Aunque cueste, aunque canse, aprender es lo único que nos va a permitir ser realmente libres siempre», expresó.

Finocchiario hizo un breve repaso de su gestión y sostuvo: «Hoy es el día en el que le mostramos a nuestro país cómo estamos mejorando nuestro sistema educativo. Se trabajó con un espíritu patriótico, de argentinidad, y entendiendo que la educación no conoce fronteras ni ideologías partidarias».

Las otras nueve escuelas finalistas y sus proyectos

Santa Fe, Santa Fe
Proyecto Ciencia Nómade

$500.000

El segundo puesto quedó en manos de la Escuela Industrial Superior N° 8 de la ciudad Santa Fe Capital. Con el proyecto «Ciencia nómade», docentes y alumnos del ciclo básico y del ciclo superior trabajaron en planificar, elaborar, implementar y evaluar trabajos prácticos de laboratorio de física y química para los estudiantes de escuelas de enseñanza media para adultos. Se diseñaron y se produjeron materiales didácticos acordes con los contenidos curriculares de Física y Química, y luego fueron los mismos alumnos de esta escuela industrial los que oficiaron de docentes-guías con el grupo de estudiantes adultos. Las claves: articulación, trabajo en equipo y retroalimentación.

Bella Vista, Corrientes
Agua potabilizada

$400.000

El tercer puesto lo obtuvo la iniciativa Y’JAPYHY 3 (que en guaraní significa tomar, de agarrar el agua)», de la Escuela Técnica Esteban Martínez, de Bella Vista.

El proyecto se hizo en distintas etapas. En 2017 comenzaron a estudiar el proceso de potabilización del agua y se construyó un dispositivo que incluye todas las etapas del proceso para lograr su desinfección final. En 2018, los docentes y alumnos se propusieron hacer el dispositivo más pequeño, transportable, replicable, de bajo costo y sustentable (sin energía eléctrica), ya que las personas que lo utilizan viven en los campos o en las orillas de los ríos y no tienen acceso al agua potable ni a la electricidad.

Córdoba, Córdoba
Festival Intercolegial de Cortometrajes

$300.000

En cuarto lugar se destacaron los docentes del Instituto Provincial de Enseñanza Media (IPEM) Nº 114, Arturo Jauretche, de la ciudad de Córdoba. El proyecto «Nuestras historias: Festival Intercolegial de Cortometrajes» está destinado a producir cortos en cuatro escuelas secundarias públicas, con la particularidad de que sus narraciones están basadas en hechos reales de los estudiantes y sus comunidades. Para producir los cortos, los alumnos y docentes de todas las escuelas trabajaron de manera colaborativa, en red, y con la idea de igualdad entre pares. También unieron fuerzas con distintas áreas de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de Córdoba. Inclusión, calidad educativa y diversidad.

Gálvez, Santa Fe
Fabrican adoquines ecológicos

$200.000

En el quinto puesto está la Escuela de Educación Técnico-Profesional N°456 Hipólito Yrigoyen, de Gálvez, Santa Fe, con el proyecto «Adoquines ecológicos». El proyecto surge de la posibilidad de trabajar con problemas concretos que se detectaron en la escuela, como la necesidad de pavimentar determinadas áreas y sectores peatonales que quedaban anegados los días de lluvia. El equipo docente y sus alumnos plantearon la construcción de adoquines con la incorporación de materiales de descarte que se recolectan en el «punto limpio» del patio de la escuela, como plásticos, telgopor, botellas plásticas, envases tetrabrick, entre otros. Los adoquines son de tamaño reducido, fáciles de transportar y se rompen con menos frecuencia.

Río Cuarto, Córdoba
Producción artística en espacios públicos

$100.000

El sexto lugar fue para el equipo del Instituto Provincial de Enseñanza Media (IPEM) Nº 128 Dr. Manuel Belgrano, de Río Cuarto, Córdoba, con su proyecto «La producción artística en espacios públicos para la inclusión educativa». La propuesta está integrada por diferentes disciplinas artísticas, como teatro, música y artes visuales. Propone «la producción espectacular y artística como una forma de hacer efectiva la inclusión y la idea de generar nuevos vínculos con la comunidad.

El equipo docente y sus alumnos buscaron consolidar un espacio de contención rico en afectos y valores, que les permitió a los estudiantes difundir mensajes «para la construcción de una sociedad más justa».

San Miguel de Tucumán, Tucumán
Pasteurizador a energía solar

$100.000

El séptimo premio lo recibió el proyecto «Un enemigo invisible», de la Escuela Secundaria Bernabé Aráoz, de San Miguel de Tucumán. Desde hace algunos años, en la escuela se trabaja sobre la calidad del agua. Docentes y estudiantes investigaron y pusieron en práctica un pasteurizador de agua a base de energía solar, un dispositivo de bajo costo, construcción sencilla e inocuo para el medio ambiente, que elimina las posibles bacterias y otros microorganismos del agua. Se realizaron charlas protagonizadas por los alumnos sobre las consecuencias para la salud por el consumo de agua contaminada por arsénico. Se presentaron, además, otros dos dispositivos complementarios: un filtro casero y el pasteurizador de energía solar.

San Pedro, Misiones
Proyecto de radio Séptima Estrella

$100.000

El octavo premio se entregó al Bachillerato Orientado Provincial (BOP) N° 56 Siete Estrellas, de San Pedro, Misiones, con su proyecto «Séptima Estrella».

Se trata de una radio escolar comunitaria, que funciona desde hace varios años y que fue profundizando la experiencia. «Es un recurso sumamente importante en la escuela y en la comunidad, porque no solo se utiliza con fines pedagógicos, sino que también es el único medio de comunicación radial comunitario de la región -lado argentino- y en la zona no hay señal de celular», explican. Los docentes y estudiantes están a cargo de la producción de contenidos, la puesta en el aire, la operación técnica y la conducción.

Maciá, Entre Ríos
Reutilizan el suero en la huerta escolar

$100.000

La Escuela de Educación Agrotécnica (EEAT) N° 51 Gobernador Maciá, de Maciá, Entre Ríos, quedó novena en la lista con su proyecto «(ECO)2 Suero», que se basa en la reutilización del suero, un subproducto de la elaboración de algunos alimentos como los lácteos y principalmente el queso. «A pesar de sus excelentes cualidades, durante muchos años el suero fue eliminado por las cloacas y los ríos, o se dispersaba por los campos, provocando una importante contaminación en los cursos de agua», señala el informe. A partir de la implementación del proyecto, ahora este preparado se utiliza en las producciones hortícolas de la escuela. Las verduras que se producen sobre la base de este método son consumidas en el comedor escolar.

Chilecito, La Rioja
Un laboratorio al servicio de la comunidad

$100.000

«Laboratorio de experiencias educativas al servicio de la comunidad», de la Escuela Provincial de Educación Técnica (EPET) N° 1 General Ángel Vicente Peñaloza, de Chilecito, La Rioja, quedó en el décimo lugar. Como explican sus autores, el laboratorio es un lugar en el que participan alumnos y docentes de toda la escuela, que unifican criterios para desarrollar distintos proyectos vinculados con las necesidades detectadas en el territorio. El objetivo es doble: por un lado, aprender; por otro, realizar una tarea solidaria. Algunos de los trabajos son la fabricación de andadores, bastones, trípodes, muletas y sillas posturales destinadas al área de Discapacidad del municipio.

Por María Ayzaguer, para La Nación del 10 de septiembre de 2019
La fotografía es original del artículo