La escuela y las cosas

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"Los objetos tienen voz. Conservan la elocuencia de las palabras que no decimos, actúan como espejo de nuestros rostros últimos. No los elegimos: están allí antes que nosotros y nos poseen en un sentido casi literal. Son la prueba tangible de que nunca estamos solos, aunque cerremos la puerta del aula y así lo creamos. Por su intermedio asumimos las herencias de pedagogías arcaicas que nos preceden y nos dan movimiento. Los objetos están vivos, y nos dan vida. Nos llamamos con sus nombres, nos vestimos con sus formas. Los gestos que adoptamos para enseñar se prolongan y se precisan en los objetos que sostenemos. Cada ademán, cada movimiento con sentido se apoya en discretas pero poderosas tecnologías materiales que lo hacen perdurar y a la vez lo interpelan. Este libro se propone abordar críticamente –esto es, reflexivamente, con profundidad y sin prejuicios– el universo de los objetos de la escolaridad. Con este propósito no se busca meramente realizar un paseo curioso por nuestra identidad y nuestra historia: estudiar la cultura material de la escuela es, también, un modo eficaz de reconstruir las filosofías y prácticas de enseñanza que nos atraviesan. Este libro, entonces, no recorre vitrinas pintorescas de objetos devenidos importantes, ni catálogos de objetos devenidos útiles o eficaces: este libro ha pretendido transitar la parte viva de los objetos, su fuerza de cohesión entre personas y discursos, entre personas y sueños, entre personas y personas".

"Los objetos tienen voz. Conservan la elocuencia de las palabras que no decimos, actúan como espejo de nuestros rostros últimos. No los elegimos: están allí antes que nosotros y nos poseen en un sentido casi literal. Son la prueba tangible de que nunca estamos solos, aunque cerremos la puerta del aula y así lo creamos. Por su intermedio asumimos las herencias de pedagogías arcaicas que nos preceden y nos dan movimiento. Los objetos están vivos, y nos dan vida. Nos llamamos con sus nombres, nos vestimos con sus formas. Los gestos que adoptamos para enseñar se prolongan y se precisan en los objetos que sostenemos. Cada ademán, cada movimiento con sentido se apoya en discretas pero poderosas tecnologías materiales que lo hacen perdurar y a la vez lo interpelan. Este libro se propone abordar críticamente –esto es, reflexivamente, con profundidad y sin prejuicios– el universo de los objetos de la escolaridad. Con este propósito no se busca meramente realizar un paseo curioso por nuestra identidad y nuestra historia: estudiar la cultura material de la escuela es, también, un modo eficaz de reconstruir las filosofías y prácticas de enseñanza que nos atraviesan. Este libro, entonces, no recorre vitrinas pintorescas de objetos devenidos importantes, ni catálogos de objetos devenidos útiles o eficaces: este libro ha pretendido transitar la parte viva de los objetos, su fuerza de cohesión entre personas y discursos, entre personas y sueños, entre personas y personas".