Conocimiento, arte y valoración: perspectivas filosóficas actuales.

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El conocimiento, el arte y la valoración constituyen, sin lugar a dudas, facetas de la actividad humana de vital importancia. Nuestras experiencias no solo están signadas por lo que conocemos y la manera en que lo hacemos, sino también por los fines y objetivos que perseguimos, los modos de acción que desplegamos, la formulación de valores que establecemos y la evaluación de los hechos, creencias y acciones que realizamos sobre la base de tales valoraciones. La filosofía tradicional ha tendido a remarcar, si no la absoluta ruptura, sí al menos las discontinuidades entre las esferas del conocimiento, la valoración y el arte. Así, mientras el conocimiento ha sido pensado casi exclusivamente en conexión con la razón y el entendimiento –concebidos en general como contrapuestos a las emociones, a la imaginación e incluso a la acción–, el arte ha sido entendido como una actividad vinculada fundamentalmente a las emociones y los deseos. Por su parte, la valoración ha sido concebida, en las distintas tradiciones, o bien como un producto de la razón o bien como un resultado de nuestras emociones, oscilando entre ambos extremos. En última instancia, la dicotomía entre la teoría –producto del pensamiento racional– y la práctica –ligada por necesidad a deseos y emociones– ha sido la base sobre la que se asentó la ruptura entre arte y conocimiento, y el ámbito de la valoración fue asimilado más bien a uno que a otro por las distintas tradiciones.
Sin embargo, con el descrédito de tales dicotomías en la filosofía contemporánea –al que el pragmatismo clásico ha contribuido fuertemente– tanto en el ámbito de la teoría del conocimiento como de la estética y la ética, se ha abierto un espacio de discusión que resulta sensible a las relevantes continuidades entre los ámbitos del conocimiento, la valoración y el arte.
En este volumen se reúne un conjunto de trabajos que, desde distintas disciplinas y tradiciones, reflexionan sobre los ámbitos mencionados y sus continuidades,  asumiendo una perspectiva contemporánea que insiste, con Dewey, en la necesidad de desandar las viejas dicotomías encontrando sus razones conceptuales profundas.
Así, con la pluralidad de enfoques como valor fundamental, se presenta un panorama sobre diversas problemáticas y preocupaciones que se abren en el ámbito de la filosofía del conocimiento, la ética, la filosofía política y la estética.

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