Boletín de novedades educativas N° 87: Entrevista a Melina Furman y María Eugenia Podestá. ¿Cómo formar en Ciencias? Propuestas y enfoques didácticos.

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A modo de anticipo de la Especialización en Educación en Ciencias que la Universidad de San Andrés lanzará en febrero de 2019, retomamos la cuestión de la enseñanza de la ciencia. Para ello convocamos a Melina Furman y María Eugenia Podestá quienes diseñaron dicha propuesta. Con ellas recorremos aspectos de la alfabetización en ciencias, iniciativas como la enseñanza por proyectos, las condiciones institucionales necesarias para su implementación y la incidencia del pensamiento científico en la formación ciudadana entre otros temas.

Melina Furman es Bióloga por la Universidad de Buenos Aires y Dra. en Educación por Columbia University, EEUU. Es Profesora de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés e Investigadora del CONICET. Coordina el Área de Ciencias Naturales del Instituto Nacional de Formación Docente (INFD). Investiga sobre la formación del pensamiento científico, desde el jardín de infantes hasta la universidad Coordinó los equipos de Ciencias involucrados en programas destinados a mejorar la calidad educativa en escuelas de toda la Argentina, especialmente en contextos vulnerables, como “Escuelas del Bicentenario” y “Ciencia y Tecnología con Creatividad”.

Es cofundadora de El Mundo de las Ideas, organizadora de TEDxRíodelaPlata y codirectora del curso de Innovadores Educativos del CIPPEC.

Se ha desempeñado como consultora en el diseño y evaluación de programas internacionales para el Banco Mundial, BID, UNESCO, UNICEF y los Ministerios de Educación de Colombia y Panamá. Fue becaria Fulbright y docente de la Universidad de Columbia.

Es autora de libros y artículos académicos sobre la enseñanza de las Ciencias, entre ellos “La aventura de enseñar Ciencias Naturales” (Aiqué), «La ciencia en el aula» (Siglo XXI) y «Educar Mentes Curiosas (Santillana)».

 María Eugenia Podestá es Magíster en Educación de la Universidad de Bath, Reino Unido, posgraduada en Educación en la Pontificia Universidad Católica Argentina y Licenciada en Bioquímica de la UBA.

Es Directora del Área de Extensión de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés, Codirectora del Postítulo de Actualización Académica en “Los nuevos desafíos de la docencia” y está a cargo de la Residencia Pedagógica del Profesorado en Ciencias de la Educación. Además es Codirectora del Programa de Educación en Ciencias (http://educacion.udesa.edu.ar/ciencias), forma parte del equipo de evaluación institucional de la Universidad y es Asesora pedagógica en el Área de Ciencias y mejora escolar. Actualmente dirige la nueva colección “Neurociencias y Educación” de Aiqué Grupo Editor.

 

-FL:- Ustedes desarrollaron una propuesta formativa en relación a la enseñanza de la ciencia ¿Para elaborar esa propuesta desde qué diagnostico o relevamiento de necesidades partieron en la enseñanza de esta área?

-Melina Furman:- Con María Eugenia dirigimos hace más de 10 años un grupo de investigación en enseñanza de las ciencias en la Universidad de San Andrés. Nuestro foco es qué está pasando en las aulas de inicial, primaria y secundaria con la enseñanza de las ciencias.

Para el diseño de la especialización que estamos lanzando en noviembre partimos del diagnóstico de las prácticas de enseñanza en las aulas, la literatura específica sobre las buenas prácticas y propuestas sobre cómo avanzar desde el lugar en que está la enseñanza actual en nuestro contexto.

-FL:- ¿Cuál es ese lugar en nuestras aulas?

-M.F:- Lo que observamos recurrentemente es que la enseñanza de las ciencias todavía tiene una impronta muy enciclopedista en todos los niveles, especialmente en secundaria.  En las clases se enfatiza mucho la transmisión de contenido fáctico que los chicos copian, recuerdan y reproducen en las evaluaciones. Hace mucha falta un trabajo centrado en el desarrollo del pensamiento, por ejemplo, que los chicos aprendan a debatir, analizar datos, hacer buenas preguntas y trabajar en equipo para resolver proyectos.

Ese diagnóstico surge del trabajo que venimos haciendo en diferentes escuelas de todo el país, estatales y privadas en distintos contextos, tanto vulnerables, como no vulnerables. Ese trabajo es el de acompañamiento a los docentes para que puedan dar clases más desafiantes. Solemos usar la metáfora de la Aventura, por eso planteamos que la clase se parezca más a una aventura del pensamiento en la que haya juego y disfrute.

Sobre esa propuesta venimos desarrollando mucho material en la línea de la investigación –acción. Así surge la especialización que vamos a lanzar este año.

-María Eugenia Podestá:- Agrego también que especialmente en Primaria, a pesar de que la asignatura Ciencia tiene un espacio asignado en el horario escolar, al analizar y estudiar cuadernos de los alumnos, vemos que en muchos casos Ciencias Naturales no aparece con toda la carga horaria esperable. De todas maneras eso no siempre ocurre porque  también hay mucha dedicación en relación con la alfabetización y la adquisición de las matemáticas.

Este año hicimos un trabajo con una muestra representativa de escuelas de la Ciudad de Buenos Aires. Eran escuelas primarias estatales. Lo que vimos fue que en promedio se destina la mitad de horas semanales de Ciencias respecto de lo que está estipulado por el diseño curricular.

-FL:- ¿En qué grados?  En primero y segundo grado posiblemente la necesidad de completar el proceso de alfabetización puede tener que ver con esa situación.

-M.F:- El estudio que hicimos fue en séptimo grado. En el primer ciclo es más acentuado todavía porque el énfasis está puesto en que los chicos aprendan a leer y escribir, y empiecen a desarrollar rudimentos de matemática.

El trabajo que hacemos con los docentes es sobre cómo las Ciencias Naturales pueden ser una gran oportunidad para desarrollar la alfabetización. En ese sentido mostramos como el espacio  de Naturales no implica una competencia de tiempos disponibles con otros de la currícula escolar, sino por el contrario, puede ser un gran contexto en el que  los chicos aprendan a escribir a propósito de describir algo que observan, compartir una idea con un compañero o registrar un proceso.

 -M.P:- Con las matemáticas sucede lo mismo, porque los gráficos, su análisis, y los números componen un registro científico y son necesarios para poder comunicar  bien.

-FL:- ¿Plantean entonces la formación en Ciencias como una propuesta transversal para complementar diferentes tipos de  alfabetizaciones?

-M.F:- Sí. Como por ejemplo trabajar con datos y con información, e incluso escribir a propósito de algo que descubrí y quiero comunicar. Esas son competencias que se relacionan con todas las áreas.  Las ciencias naturales dan una oportunidad interesante para esa transversalidad.

En Argentina en el primer ciclo de primaria las Ciencias Naturales van de la mano de las Ciencias  Sociales, del conocimiento de mundo. Ese conocimiento a veces queda un poco más desdibujado en términos de cuánto tiempo se le dedica por semana. Nosotros sentimos que ahí hay una enorme oportunidad para aprovechar, y en eso es en lo que venimos trabajando mucho con los docentes durante estos años.

-FL:- ¿Por qué consideran que se da esa situación en la que a muchos de  los docentes  se les dificulta  ver la posibilidad de abordar la enseñanza de las ciencias complementariamente con los procesos de alfabetización?¿Por falta de experiencias  o formación que incluya propuestas concretas para llevar a cabo este tipo de enseñanza? ?

 -M.F:- Normalmente los docentes con mucho entusiasmo y con ganas de que sus alumnos aprendan replican lo que han recibido en su formación.

Este tipo de abordaje no es algo que la mayoría de ellos haya transitado en la formación inicial como tampoco en su rol de alumnos en el primer y segundo ciclo.

Hacen falta más ejemplos de cómo hacer, cómo integrar las Ciencias Naturales con la enseñanza de la lecto-escritura. El Ministerio de Educación de la Nación ha trabajado mucho sobre dicha temática en estos años, pero hace falta un acompañamiento para que los docentes lo puedan llevar a cabo.

También hay un poco de susto con las Ciencias Naturales en el nivel inicial y en el primario. Lo que sucede con los docentes, no solo en Argentina, ya que lo muestran las investigaciones en todo el mundo, es que las Ciencias Naturales suelen ser un área un poco temida por algunos docentes, lo que se traduce en que hay muchas maestras y maestros que tratan un poco de esquivarlas. Muchas veces esto se debe a las experiencias previas que han tenido con el área, tanto como alumnos escolares, como así también en el profesorado. En esos casos han sentido que era un área más difícil, más árida o más aburrida que las otras materias. Es decir, que como alumnos recibieron una enseñanza más transmisiva y menos lúdica y apasionante. La consecuencia es que muchas veces les falta el contenido que ellos tienen que enseñar, entonces se rigen por el libro o el manual que eligen.

-FL:- Los contenidos figuran en el diseño curricular e incluso en los manuales donde hay propuestas de actividades. Dada esa situación: ¿Podemos entender que la prioridad a abordar sería la mejora de la didáctica? Ya que puede que tal vez en muchos casos haya una dificultad en visualizar cómo enseñar algunos de esos contenidos; y eso, en parte, puede deberse a que el docente en gran medida enseña en base a las experiencias que tuvo como alumno.

 -M.F:- El diseño es la enunciación de los contenidos, por ejemplo dice «la célula» y te cuenta cómo es una célula, sus partes y alguna actividad. Lo que hace falta profundizar es que los docentes en su trayectoria como alumnos de los profesorados tengan experiencias en las que ellos estén del otro lado del mostrador por un rato. Es decir, que puedan experimentar, debatir con otros y reflexionar al respecto. En síntesis: que experimenten como alumnos lo que después esperamos que puedan realizar con los chicos. En esa dirección deben avanzar los profesorados.

Los docentes conocen actividades, pero nunca las vivieron, o  en el mejor de los  casos pocas veces pudieron hacerlo. Eso es lo que hace más difícil que las puedan implementar. No es lo mismo que te lo expliquen, que si lo has vivido. En ese sentido es necesario seguir fortaleciendo la formación.

-M.P:-En esa línea es en lo que estamos trabajando hace más de 10 años: acompañar a los docentes a que vivencien desde el lugar de alumno el aprendizaje y la enseñanza de otra manera. El objetivo es que se empiecen a animar a llevarlo a sus aulas.

-FL:- ¿Apuntan a desarrollar una experiencia en la que haya un goce en el hacer y aprender desde ese hacer, para luego en ese proceso conceptualizar?

 -M.F:- Esto es algo que se aplica en todas las áreas de Ciencias Naturales. Tanto con nenes más chicos, como con adolescentes. Al producir estos cambios en la dinámica de las clases se genera un entusiasmo estimulante.

Cuando se puede responder preguntas por uno mismo como consecuencia de aprender algo que no se sabía, cuando eso se da a partir de la información que se fue recogiendo, se genera un proceso que da mucha fortaleza a la propia capacidad personal y grupal. Por ese motivo sentimos que hay una oportunidad interesante.

No estamos hablando solo de hacer experiencias prácticas. Hay muchas actividades de pedagogías activas. Lo que suele suceder con las experiencias prácticas en todos los niveles es que se hacen al estilo de receta de cocina. Un poco como si las hiciesen más con las manos y no con la cabeza. Se sigue un protocolo que puede plantear “con esta experiencia vamos a demostrar que el tiempo de oscilación de un péndulo depende de la longitud del hilo”, luego te dicen la respuesta y después uno lo prueba y lo verifica con la práctica. Si uno habla con científicos profesionales pensando en averiguar cuál es el espíritu de la experimentación, se encuentra con lo contrario: el objetivo es averiguar algo que no sé, no ir a verificar algo que ya me contaron de antemano en base al libro. A veces solo con dar vuelta esa ecuación referida a qué hago primero y qué hago después se pueden lograr un montón de situaciones súper interesantes en el aula.

-M.P:- La idea es trabajar con preguntas investigables, ver qué preguntavoy a hacer y cómo voy a diseñar la experiencia, qué es lo que necesito y cómo lo podría hacer. Hay que intentar poner sobre la mesa todas las preguntas que se hacen los científicos a la hora de investigar.

 -FL:- Desde este planteo:¿Qué orientaciones le darían a los docentes para trabajar la elaboración de preguntas que estimulen la  investigación en los alumnos, es decir, para encausar su curiosidad?

 -M.F:- Nosotros trabajamos con fenómenos cotidianos que parten de los contenidos de los diseños curriculares. Desde allí uno puede trabajar una diversidad de temas como por ejemplo: los seres vivos, qué pasa con los movimientos de la tierra, los diferentes tipos de materiales y las mezclas posibles, o los fenómenos del mundo físico como la luz, el sonido las fuerzas…. Sobre cualquiera de estos temas hay una gran variedad de fenómenos para investigar.

El camino con los docentes es plantear qué preguntas nos podemos hacer, y después clasificar cuáles de ellas son preguntas que pueden buscarse en un libro. Son preguntas más teóricas que en general tienen que ver con interrogantes tales como: por qué pasan las cosas, cuáles son investigables aquí y ahora, cuáles podemos acotar para pensar, qué vamos a ir a observar, medir.

Una pregunta con la que siempre trabajamos es qué pasa con la frecuencia cardíaca cuando hacemos distintos tipos de ejercicios; si pasa lo mismo cuando estamos entrenados que cuando no, cómo volvemos al ritmo cardíaco de base, cuánto tiempo tardamos, cómo varía en distintos momentos del día, si pasa lo mismo entre varones y mujeres.

-M.P:- Con los adultos trabajamos la diferencia entre fumadores y no fumadores.

-M.F:-Cualquier fenómeno es una fuente de preguntas,  pero siempre es ir trabajando qué preguntas les puedo responder a los alumnos. Por qué me aumenta la frecuencia cardíaca cuando hacemos ejercicio no es una pregunta investigable empíricamente que podamos responder buscando datos, es una pregunta que voy a buscar al libro, y eso está muy bien. Tratamos de diferenciar estas dos clases de preguntas para poder dedicarle tiempo entendiendo que son de distinto tipo, unas más teóricas y otras investigables en la práctica.

-FL:- ¿Es necesario trabajar la vinculación con los fenómenos de la vida cotidiana? Es decir, trabajar también esa mirada en los chicos y en los docentes.

-M.F:- Sí. Mirar con ojos científicos la vida cotidiana es como el gran horizonte a alcanzar. Para acercarnos debemos buscar en qué medida podemos explicar las cosas de todos los días a partir de lo que la ciencia sabe, y de lo que sabemos sobre cómo funcionan las cosas. A medida que los chicos son más grandes esto se irá complejizando y hablaremos de cuestiones no tan cotidianas, pero siempre la búsqueda tiene que apuntar a conectar y preparar para la vida. A veces hay saberes que no son tan cotidianos, pero sí muy importantes, como por ejemplo aprender a discutir con argumentos y analizar información cuantitativa y datos, que son cotidianos en la medida en que necesitamos aprenderlos para ser ciudadanos plenos, para poder leer el diario y poder discutir con otro con respeto, buscando evidencias y no solo opiniones.

Hay mucho de la construcción de la ciudadanía que tiene que ver con el pensamiento científico.

-FL: ¿Qué dificultades encuentran para trabajar desde esta propuesta los docentes que han transitado una formación tan distinta? 

 -M.F:- Hemos conversado mucho con los docentes y manifiestan que se sienten temerosos por la falta de contenido específico. Con respecto a eso tratan de no correrse del lugar de lo poquito que saben.

Me parece que esa situación está ligada a trabajar sobre lo que es la práctica reflexiva, es decir, por qué estoy haciendo lo que estoy haciendo dentro del aula y para qué.

Me parece que si no se hace ese ejercicio se están perdiendo una gran oportunidad que brindan las Ciencias Naturales para descubrir el mundo, ser analíticos y tener un pensamiento crítico. Eso a los docentes les cuesta mucho. Pero también hemos observado que trabajando con profesores y maestros de todo el país y de todos los niveles, rápidamente buscan ir al aula y probar estas propuestas con sus propios alumnos, para luego de manera reflexiva repasar qué funcionó, qué no, por qué y qué harían distinto la próxima vez. De esa manera comienzan a transformar su práctica. Ese es un camino largo que empieza a ser posible desde el inicio en la medida en que las capacitaciones ofrezcan o propongan ir al aula, y no se queden en algo disociado de la práctica. Así como la educación tiene que preparar para la vida, la formación docente tiene que preparar para la escuela real.

-FL:- Muchas de las cuestiones que están planteando tienen que ver con la experiencia en el aula, con el trabajo con los grupos de alumnos  ¿Cómo adaptan estas cuestiones a un formato digital, de educación virtual y asincrónico?

-M.F:-Venimos haciendo mucho trabajo virtual en el Instituto Nacional de Formación Docente y también en la Universidad  de San Andrés. Esta es la primera vez que  diseñamos  una especialización en modalidad virtual completa, pero siempre, incluso desde lo virtual hay mucho que se puede hacer para conectar con la realidad. Por ejemplo, en la especialización proponemos  analizar videos de aulas reales y debatir con los propios docentes muchas de las tareas que van a tener que hacer en la  cursada; también deben filmarse dando clase y poner esa filmación a disposición de los colegas.

En cursos previos organizamos congresos virtuales donde cada uno expone lo que hizo. Lo virtual es simplemente una plataforma, pero que en nuestro caso  tiene todo el tiempo la mirada puesta en qué pasa en el aula.

Lo virtual tiene la parte interesante del debate, de los foros, de la posibilidad de conversar por escrito, y después es ir al aula, probar, filmar, y volver a la plataforma y compartir prácticas, producciones y  cuadernos de los alumnos. El desafío es pensar creativamente lo virtual para que no se disocie del aula.

-FL:- En la especialización, para abordar la relación entre conocimiento disciplinar y didáctica ¿van a  agrupar a los docentes por niveles o trabajarán con todos juntos (primaria, secundaria, formación docente)? 

 -M.P:- No. En algunos tramos van a estar juntos y en otros separados. Hay materias más generales y luego trayectos específicos por nivel donde se tratan consideraciones especiales que hacen a los niños y jóvenes de distintas edades, incluso de nivel superior y de educación no-formal.

Hay una materia que dicta Diego Golombek de Popularización de la Ciencia que trata sobre cómo poder contar la ciencia a quienes no son científicos, y cómo estimular el interés con distintos medios, sean estos escritos, audiovisuales,  museos…

-FL:- En relación a las propuestas de enseñanza y de experiencias de aprendizaje ¿qué lugar ven para las tecnologías digitales?

-M.F:- Nosotras las vemos como una oportunidad para potenciar las clases de Ciencias, sobre todo porque hoy hay muchas posibilidades de que los chicos puedan comunicar lo que aprendieron en formatos digitales, con videos y blogs. Hay programas y hojas de cálculo con los cuales uno puede hacer y analizar gráficos. También hay simuladores con los que se pueden representar experimentos.

Lo que hemos visto acerca del uso de las TIC es que las que tiran del carro son la didáctica y la pedagogía.

Uno como docente se plantea qué quiere que los chicos aprendan y cómo lo va a hacer, y en ese «cómo lo va a hacer» hay herramientas que están a mano y que son potentes en la medida en que uno con el apoyo de la escuela y sus directivos acceda a los recursos.

Las TIC ayudan pero no son la solución. Hay que tener la cabeza muy bien puesta sobre cómo se quiere enseñar para poder echar mano de los recursos existentes y disponibles.

Incluso ver videos de gente que está investigando algún fenómeno y lo cuenta de primera mano, o a través del celular ver una división celular en el microscopio. Hay mucho material audiovisual que enriquece y que le da vida al contenido en la medida en que uno lo use bien.

-FL:- ¿Cómo proponen trabajar la relación entre el uso de simuladores y experiencias reales?

-M.F:- Los simuladores te sirven para ver un fenómeno en acción en el que podes ir cambiando variables, por ejemplo: ¿qué pasa si estoy viendo cómo se disuelven los materiales en distintos solventes? Para eso puedo ir variando la temperatura. ¿Qué pasa si varío el solvente? (Ver ejemplos de simuladores interactivos para la enseñanza de Ciencias y Matemáticas). El simulador te permite hacer esas cosas rápidamente, e incluso graficar. Pero tiene que estar enmarcado en una situación donde haya una pregunta interesante para responder, no solo probar y ver qué pasa. El uso del simulador tiene que venir de una secuencia didáctica útil. Por ese motivo decimos que este tipo de recursos suman y son una oportunidad. No sentimos que la tecnología sea una panacea que va a resolver los problemas, pero sí que vale la pena sacarle provecho, porque cada vez hay más posibilidades. Incluso contemplando el pensamiento computacional de los chicos en relación a las actividades que tienen que ver más con el mundo maker, con lo que ahora se llama CTIM que es el acrónimo de ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemática. Ese es un campo de pensamiento integrado.

-FL:- En relación a la Cultura Maker ¿Qué posición tienen respecto a la posibilidad de la creación del propio instrumental? Por ejemplo, en algunas  propuestas del Programa VocAR  había talleres donde proponían a los docentes crear instrumental con materiales muy económicos y de fácil acceso y manipulación.

-M.P:-Nosotras fomentamos que los docentes creen su propio material de laboratorio, sobre todo en primaria y en jardín, donde ni siquiera se necesita un laboratorio hecho y derecho para  dar buenas clases de Ciencias. Allí se puede hacerlo en el aula, y hasta puede ser mejor hacerlo de esa manera.

Ya pensando en todos los niveles el secreto es que cada docente tenga claro dónde  se siente bien parado y cuál es el siguiente paso que va a dar, como así también  no perder de vista que el gran objetivo es enseñar a los chicos a pensar.

-FL:-¿Cómo enfocan este campo de conocimientos integrados pensando en los escenarios futuros donde los alumnos de los docentes que ustedes van a formar  tendrán que integrarse laboralmente?

-M.P:- El mundo de hoy trabaja de esa manera, así que cuanto más podamos poner a los alumnos en esa situación  más contribuiremos para su mejor inserción laboral. Para eso proponemos trabajos por proyectos interdisciplinarios en los que haya que pensar un problema junto con otras áreas para tratar de resolverlo. Hoy el horario escolar dificulta esos procesos, pero sabemos que en el mundo están rompiendo con algunas de esas trabas curriculares tan específicas de las disciplinas para poder pensar un problema desde distintas áreas.

 -M.F:- En Argentina algunas provincias comenzaron a trabajar en esa línea. Hay  una tendencia promovida desde el Ministerio de Educación, que se enmarca en el Proyecto Secundaria 20/30.Apuntan a  trabajar con proyectos interdisciplinarios al menos en algunos momentos del año. Progresivamente esa modalidad va a ser parte, más naturalmente, del nuevo escenario de las escuelas.

Esta tendencia es parte de un cuestionamiento de la escuela secundaria tradicional compartimentada.

Muchas escuelas lo vienen llevando a cabo con muy buenos resultados que han sido medidos.

En la especialización vamos a tener un espacio para pensar proyectos interdisciplinarios vinculando Ciencias con Matemáticas, Ciencias Sociales,  Arte o Tecnología. Va a depender del deseo de cada docente y de cada escuela.

-FL:- Una de las dificultades para trabajar de manera interdisciplinaria o por proyectos tiene que ver con los tiempos de organización escolar. En la escuela secundaria se suma que en la gran mayoría de los casos no hay planteles de profesores estables.

-M.F:- Sí. Es necesario que haya una reconfiguración de cómo se organiza la escuela, por ejemplo: con profesores que puedan tener horas institucionales para planificar y para en ese proceso reunirse con sus colegas, horas remuneradas a tales efectos y espacios donde puedan trabajar grupalmente. Esa reconfiguración tiene que ver con las condiciones de trabajo de los docentes, con el espacio y con la organización escolar.

En principio todas las escuelas que avanzaron en la dirección del trabajo por proyectos, lo hicieron en paralelo a avanzar también en la organización de profesores por cargo. Y esos eran docentes que tenían  otras maneras de trabajar que permitía que esa modalidad fuese posible. De a poco en Argentina se está intentando ir en esa dirección.

-M.P:-Es un proceso lento. Los cambios necesitan tiempo, no operan por demolición. Por ejemplo, posiblemente, uno quiere hacer un proyecto interdisciplinario con un profesor y es complicado reunirse. Hay que ir dando pequeños pasos en esa dirección más allá de que no sea lo perfecto e interesante que uno busque realizar.

A pesar de las situaciones más estáticas y rígidas de la escuela vemos que hay profesores que se están animando. Para ello se puede comenzar planteando no necesariamente hacer toda la materia por proyecto, sino ir avanzando todos los años un poco más en esa dirección.

-MF:- Los proyectos no tienen por qué ser interdisciplinarios siempre. También hay buenas secuencias que no son proyectos y son valiosas. Un proyecto se define por presentar un desafío inicial, en general tratando de conectarlo con algún estímulo provocador e intrigante que sea interesante para los chicos y que esté conectado con la vida real. A lo largo de varias semanas el desafío se va resolviendo en diferentes etapas y termina con una producción final que se valida cuando el grupo la presenta a distintas audiencias. En esa presentación se expone lo que aprendieron y la elaboración de un producto concreto.

Todo esto que describí va a ser parte del trabajo que haremos en la especialización.

Hay docentes que empiezan a hacerlo en algunas escuelas porque pueden, porque tienen el espacio, pero a nivel nacional la propuesta que está haciendo hoy el Ministerio de Educación y Deportes  es que las provincias vayan avanzando en esta línea en el nivel secundario. Sobretodo armando las condiciones para que sea posible; especialmente la condición del profesor por cargo.

En ese sentido el año pasado, en la provincia de Río Negro comenzaron con una reforma a nivel provincial y están transitándola de a poco. Allí trabajan con los docentes proponiendo parejas pedagógicas, y es algo que les está dando muy buenos resultados.

(Aquí se puede escuchar una entrevista realizada en el programa de radio #Educación Hoy a la Ministra de Educación de Río Negro, Mónica Silva, sobre la reforma en  en el nivel secundario  en esa provincia)

-M.F:- Nosotras partimos de la idea de que para empezar a hacer algo distinto es necesario contar con andamios previos  de los cuales agarrarse. De esa manera se puede ir construyendo. Cuando digo “andamios” me refiero a buenos ejemplos de secuencias didácticas y proyectos hechos por docentes en escuelas reales. A esas referencias cada docente las  adaptará, revisará y les dará su propia impronta en  lo que intervendrá su creatividad.

En todos los campos de conocimiento la creatividad no es la hoja en blanco, si no  conectar cosas que ya existen, darle una vuelta de tuerca a lo que ya venimos haciendo.

-FL:- Dentro de la lógica escolar está la evaluación. ¿Cómo plantean la evaluación de un proceso de estas características?

-M.F:-Anteriormente mencionamos el trabajo por proyectos y que los chicos realicen una producción al final del proceso que dé cuenta de qué aprendizajes lograron; por ejemplo: un portafolio donde vayan poniendo evidencia de lo que fueron aprendiendo en el proceso, para que al volver sobre ellas puedan reflexionar sobre su propio aprendizaje. Incluso para la formación docente también hay herramientas como los portafolios que se acompañan de rúbricas para su corrección. En ellas se define el sentido del trabajo de las actividades a realizar y los criterios con los que vamos a evaluar si aprendieron o no a llevarlas a cabo. A veces con los alumnos más grandes o más experimentados las rúbricas se pueden construir junto a ellos.

También hay exámenes  con lápiz y papel que se pueden convertir en pruebas en las que  hay preguntas para pensar, como así también casos y situaciones que analizar; por ejemplo: se plantea el caso en el que hay dos chicos discutiendo sobre alguna situación que involucra un tipo de conocimiento científico, allí los alumnos tienen que poder argumentar cuál tiene razón o qué le dirían para convencer a uno de ellos. Esas son situaciones en las que se trata de conectar lo escolar con el afuera. En nuestro caso, en las capacitaciones utilizamos mucho este planteo que viene del campo de la didáctica general, de las evaluaciones de los aprendizajes en Ciencias Naturales. Es algo que está muy probado que funciona, pero todavía está lejos de la realidad de las escuelas.

-M.P:-Vemos que muchas veces la evaluación es utilizada solo para calificar. Nosotras buscamos que sea parte del proceso de aprendizaje y de enseñanza, un proceso que se va construyendo a lo largo de tiempo.

-M.F:-Obviamente  que la evaluación también se utiliza para calificar, pero el punto es no es que sea  solo una instancia  en la que los chicos rinden para que les pongamos una nota, sino que sea un momento que les permita a ellos mismos ver cómo van.

Hay muchas herramientas de autoevaluación en las que incluso los chicos pueden construir parte de las evaluaciones.  Eso es algo que hacemos y ayuda mucho a que los alumnos se adueñen del proceso y que no aprendan para otros, que es el gran problema de la escuela hoy, sino que aprendan para ellos mismos. Ese es el horizonte: construir autonomía, y para eso no basta solo con una declaración de principios al estilo de «queremos chicos autónomos» sino que hay que hacer cosas concretas como docentes  para que lo puedan ser.

-M.P:- En el caso de los docentes se trabaja con la práctica reflexiva para analizar  las clases y lo que queremos que ocurra en las aulas. Todo el proceso de enseñanza-aprendizaje está asentado en una reflexión constante, ¿Qué es lo que estamos haciendo? ¿Para qué? ¿Cómo se puede mejorar?

FL:- ¿Cómo vinculan la enseñanza de las Ciencias y la Formación  Ciudadana?

-M.F:-Hay buena parte de la formación científica que tiene que ver con la formación de habilidades del  pensamiento tales  como:

  • Poder argumentar a partir de evidencias.
  • Ponernos de acuerdo debatiendo, no en base a opiniones, sino a cómo fundamentamos lo que decimos.
  • Leer información de manera crítica.
  • Escuchar muchas voces con diferentes puntos de vista.

Todas ellas tienen que ver con la Formación Ciudadana. En ese sentido también se relacionan con poder leer los diarios y tomar decisiones informadas. Hay temas que son propios de las Ciencias Naturales que a veces tienen relación con la salud, el medio ambiente y cuestiones de energía, por ejemplo. Todo esto tiene un correlato muy directo con las decisiones que tenemos que tomar como ciudadanos hoy. Por este motivo conocer el qué y el cómo de la ciencia nos ayuda a poder decidir si le creemos o no a los expertos y qué tenemos que preguntar para poder tomar una decisión.

-M.P:-Esa capacidad de pensar y analizar aporta a ser un ciudadano responsable. No todos nuestros alumnos van a ser científicos, pero un abogado o alguien que está trabajando en una profesión no científica necesita estas capacidades, estas maneras de mirar el mundo y analizarlo en forma clara.

 -FL:- En este aspecto de la Formación  Ciudadana, desde el conocimiento de las Ciencias  en relación a la interpretación  y comprensión de los fenómenos de la realidad ¿establecen algún tipo de vinculación con la educación  ambiental dentro de su propuesta?

-M.P:-Pensando que en educación formamos a generaciones futuras el tema de la educación ambiental es muy importante. No solo desde las Ciencias Naturales, sino desde todas las áreas. En ese sentido trabajar el concepto de sustentabilidad es una oportunidad para desarrollar todo esto que venimos hablando.

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En la entrevista se mencionó en repetidas ocasiones  una especialización sobre enseñanza de la Ciencia que Furman y Podestá han diseñado, al respecto les brindamos la siguiente información suministrada por las entrevistadas:

En febrero de 2019 se lanza la Especialización en Educación en Ciencias en la Universidad de San Andrés, un Posgrado Virtual de 18 meses que busca profundizar y renovar los conocimientos sobre las Ciencias y su enseñanza en pos de generar programas de enseñanza innovadores y que fomenten el pensamiento crítico y curioso en niños, jóvenes y adultos. La Especialización está orientada a docentes, directivos, científicos con interés en la educación, asesores pedagógicos, divulgadores de la ciencia y formadores docentes de todo el mundo hispanoparlante. La inscripción comienza en noviembre de 2018. Para más información, escribir a: actualizaciondocente@udesa.edu.ar.

 

Entrevista realizada por Gabriel Latorre para Fundación Lúminis.

 

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