Científicas: cocinan, limpian y ganan el premio nobel (y nadie se entera)

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Detrás de toda gran ciencia, muchas veces hay una gran mujer… pero casi nadie la conoce. Para reparar ese escándalo histórico, este libro pasa revista a las más increíbles, originales e ignoradas contribuciones científicas de las mujeres a lo largo del tiempo: desde Hipatia (la primera matemática de la historia, asesinada por su sabiduría) hasta Agnódice (quien ejercía la medicina vestida de hombre en el siglo III a. C.), desde la astrónoma musulmana Fátima (cuya existencia fue considerada “un error histórico”) hasta Marie Curie (a quien la Academia Francesa de Ciencias le negó el ingreso).
Pese a que durante muchísimo tiempo no les fue permitido estudiar o enseñar en la universidad, participar de instituciones científicas o simplemente aprender sobre el mundo y sus circunstancias, existieron mujeres que se las ingeniaron para dejar su huella en la ciencia. La joven investigadora argentina Valeria Edelsztein pone la lupa sobre los inventos, los descubrimientos y las innovaciones de esas damas –hijas, madres, hermanas, esposas y, 
sobre todo, científicas– que se animaron a desafiar convenciones y prohibiciones, y nos cuenta sus apasionantes historias. Sin ellas el mundo sería muy distinto y, sin duda, mucho más aburrido.
Ocho palabras les bastaron a los editores de la revista Family Health para describir la concepción que el mundo tenía de las mujeres en la ciencia cuando en 1977 Rosalyn Yalow ganó el Premio Nobel de Medicina. El título de la noticia fue: “She Cooks, She Cleans, She Wins the Nobel” (“Cocina, limpia y gana el Nobel”).
Detrás de toda gran ciencia, muchas veces hay una gran mujer… pero casi nadie la conoce. Para reparar ese escándalo histórico, este libro pasa revista a las más increíbles, originales e ignoradas contribuciones científicas de las mujeres a lo largo del tiempo: desde Hipatia (la primera matemática de la historia, asesinada por su sabiduría) hasta Agnódice (quien ejercía la medicina vestida de hombre en el siglo III a. C.), desde la astrónoma musulmana Fátima (cuya existencia fue considerada “un error histórico”) hasta Marie Curie (a quien la Academia Francesa de Ciencias le negó el ingreso).
Pese a que durante muchísimo tiempo no les fue permitido estudiar o enseñar en la universidad, participar de instituciones científicas o simplemente aprender sobre el mundo y sus circunstancias, existieron mujeres que se las ingeniaron para dejar su huella en la ciencia. La joven investigadora argentina Valeria Edelsztein pone la lupa sobre los inventos, los descubrimientos y las innovaciones de esas damas –hijas, madres, hermanas, esposas y, 
sobre todo, científicas– que se animaron a desafiar convenciones y prohibiciones, y nos cuenta sus apasionantes historias. Sin ellas el mundo sería muy distinto y, sin duda, mucho más aburrido.
Ocho palabras les bastaron a los editores de la revista Family Health para describir la concepción que el mundo tenía de las mujeres en la ciencia cuando en 1977 Rosalyn Yalow ganó el Premio Nobel de Medicina. El título de la noticia fue: “She Cooks, She Cleans, She Wins the Nobel” (“Cocina, limpia y gana el Nobel”).