Pioneras de profesión: Blanca Cotta, una mujer que salió de la cocina

10 septiembre 2019
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Las profesiones en general fueron monopolio masculino durante muchos años y, por eso, las mujeres pioneras en ellas, que se atrevieron a estudiarlas y ejercerlas contrariando el mandato de una vida dedicada enteramente a las labores domésticas, merecen ser destacadas, porque con su resistencia y dedicación abrieron la puerta a todas la mujeres profesionales de antes y de ahora. 

Por esta razón, nos dedicaremos a compartir historias de mujeres señeras en sus disciplinas, que contribuyeron con sus vidas a la superación de estereotipos machistas en materia de profesiones.

Hoy, a poco de su fallecimiento, recordamos a Blanca Cotta, la conocida cocinera de televisión que ha sido mucho más que eso. 

Además de chef exitosa, sin dudas su faceta profesional más conocida, Blanca Cotta fue Profesora de Letras con medalla de honor, artista, editora jefe de revistas y guionista de programas televisivos dedicados a la mujer.

A continuación, una breve reseña de su vida y obras:

La primera receta que leí, que busqué los ingredientes y que preparé sola fue una de unas galletitas saladas de Blanca Cotta en la revista Anteojito. Tenía 8 o 9 años. Acercó a la cocina a mucha gente», recordó hoy por la mañana la usuaria@mecasulloen la red social Twitter, al conocer la noticia de que la cocinera Blanca Cotta había fallecido a las 94 años.

«Fue una pionera»; «la mejor en lo suyo»; «una apasionada de lo que hacía» y hasta «la mejor dibujante de la Argentina». Esas frases se multiplicaron en las redes sociales, y muchos usuarios acompañaron sus posteos con recetas de cocina que Cotta dibujaba en viñetas de historieta, algunas que databan de la década del cuarenta. Porque además de una indiscutida divulgadora del universo gastronómico, Cotta también fue escritora, guionista, profesora de Letras e ilustradora.

Publicó por décadas su columna «De aquí, de allá y de mi abuela también» en la revista dominical de Clarín, que, luego se convertiría en Viva. En su última receta, que salió publicada el domingo pasado, enseñaba cómo preparar los clásicos petits fours de coco. «Aunque tengo computadora, sigo escribiendo mis originales a máquina. ¡La misma máquina de escribir que mi padre, maestro y poeta, martillaba hasta altas horas de la noche! De pronto, me parece que se acerca para acariciarme y decirme, como cuando yo tenía tres años: ‘¡Esta cabeza de trapezoide va a llegar muy lejos!'», escribió como prólogo antes de meterse de lleno con los ingredientes y el paso a paso.

Había nacido el 14 de marzo de 1925. En Quilmes, inició sus estudios y su formación académica como docente. Se recibió con medalla de honor.

Su estilo siempre fue descontracturado, fresco. Y muchos de sus colegas la recuerdan como una mujer con energía positiva, generosa, y que siempre estaba dispuesta a dar una oportunidad para que otro demuestre sus condiciones. Fue una de las pioneras de los programas dedicados a la mujer. En los años 60 ya era jefa de redacción de la revista Mucho gusto y se desempeñaba como guionista del mítico programa Buenas tardes, mucho gusto, que se emitía por Canal 13.

«Ella me tomó la prueba para entrar a la revista. Fue gracioso porque había dos postulantes, y cuando terminó la entrevista conmigo me dijo: ‘Me resultó más simpática la otra persona, pero tu rendimiento profesional me convenció -recuerda la periodista y cocinera Miriam Becker, que escribió durante años sobre alimentación y consumo en LA NACION Revista-. Todavía guardo un banderín hecho por ella que decía: ‘Un pedacito de honor por haber puesto el hombro para ganar el quinto Martín Fierro’. Todos los años el programa ganaba un premio. Era una locura».

Para Becker, que gracias a la oportunidad que le dio Cotta trabajó también junto con grandes cocineras como Doña Petrona, Marta Beines, Chichita de Erquiaga y Cholly Berreteaga – otras pioneras,por cierto, del rubro  gastronómico en el mundo editorial y televisivo-, su amiga Blanca -así, a secas- fue una adelantada. «Siempre estaba de buen humor, era una mujer muy inteligente y muy divertida. La literatura gastronómica argentina le debe muchísimo a Blanca, porque rompió con un molde establecido. Rescató el concepto de la cocina hogareña auténtica, y ella fue la creadora de la técnica de cómo enseñar a cocinar en TV».

Fue también una adelantada hasta en la cocina infantil, con la sección «Comiditas» que aparecía en Anteojito. Ya se había ganado al público adulto, y logró también inculcar el amor por la gastronomía a los más chicos”.

De “Murió Blanca Cotta, la cocinera e ilustradora que encantó a generaciones con sus recetas”, por Soledad Vallejos, para La Nación del 28 de agosto de 2019.

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