Leer y comprender textos. Entrevista a Valeria Abusamra. Boletín de novedades educativas N°122

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En este boletín abordamos algunas características de la comprensión lectora, y cómo está vinculada con el aprendizaje y desarrollo de la lectoescritura en cuanto a los procesos cognitivos que intervienen. A su vez nos preguntamos si la  mediación de dispositivos digitales produce alguna particularidad significativa o no en ese proceso. también intentaremos tratar el tema vinculado al debate en la educación argentina sobre las metodologías de alfabetización.

Con estos objetivos entrevistamos a Valeria Abusamra, Doctora en Lingüística por la UBA. Investigadora adjunta de CONICET. Profesora de Psicolingüística II en la Carrera de Letras de la UBA. Coordinadora académica de la Maestría en Neuropsicología infantil de la UNSAM y Asesora pedagógica de la ENERC. Autora del Test y Programa Leer para Comprender para escuela primaria y secundaria (2010, 2011 y 2014), de la serie Leo que te leo (2018), de la Batería BEEsc para evaluar la escritura y del libro Neurociencias y educación ( 2016) que recibió la mención de honor al mejor libro sobre educación del año. Su último libro es «La ciencia de la lectura. Los desafíos de leer y comprender textos», escrito junto a Ángeles Chimenti y Sol Tiscornia.

Un extracto de la entrevista:

-Fundación Lúminis: En el mundo actual, casi el único espacio donde se desarrolla la escritura con las manos y una lapicera es en la escuela.  Fuera de eso, mayoritariamente escribimos en teclados. 

-Valeria Abusamra: Sí, eso es verdad. De todas maneras, sigo pensando que antes tampoco se escribía mucho en papel. Uno podía escribir un diario, una carta o dejarle una nota a la madre. No se escribía mucho más allá de la escuela. La cuestión es las formas, que antes no estaban, y que se han introducido, en estos últimos tiempos, con la comunicación mediada por las pantallas. Es verdad que, poco a poco, se va perdiendo el hábito y uno simplemente lo puede verificar con el cansancio que se genera en la mano cuando se tiene que escribir más de lo que se está habituado a hacerlo. Esto en los chicos se ve, pero más que nada se ve en los adultos. Nosotros, que aprendimos a escribir de manera manual, en cuadernos y demás, estamos usando cada vez menos la escritura en papel, porque nos manejamos absolutamente a través de los teclados. Escribimos los papers, las tesis e incluso los parciales domiciliarios, porque ahora ya no hay forma de hacer los parciales en vivo y en directo, por lo menos en los últimos dos años. Pero creo que esto es más evidente todavía en los adultos que en los chicos que ya son parte de otra generación, que vienen trabajando y entrenando otras formas diferentes de procesamientos.

Pero esto es una práctica. La sensación no es que se va perdiendo, pero sí que se va como trabajando cada vez menos. Si te dictan 10 líneas, uno termina con la mano casi acalambrada. De hecho, hemos verificado que, frente a un dictado de un texto muy simple, los adultos  y los niños terminan muy cansados. Lo cual muestra que la práctica es mucho menor.

-FL:- ¿Cómo se relaciona esta cuestión con los métodos de enseñanza y aprendizaje de la lectoescritura? Porque hay un debate en relación a si un método constructivista funciona o no, o en qué grado, de acuerdo también al nivel de alfabetización, lectura, comprensión de textos y bagaje cultural del entorno familiar en el cual vive el chico cuando está fuera de la escuela.

-Valeria Abusamra: Creo que, lo primero que hay que hacer, es dividir estas habilidades, por lo menos una vez que ya se aprendieron, entre de bajo orden, como es la decodificación, y de alto orden, como es la comprensión de textos. Todo este impacto de las tecnologías, y de las formas de comunicación mediadas por las pantallas, especialmente cobra relevancia cuando uno lo que intenta ver qué es lo que pasa con la comprensión de textos que requiere de todas estas habilidades que mencionábamos. Es decir, no solamente habilidades lingüísticas, sino de otras funciones mentales como la atención, la memoria y las funciones ejecutivas.

Cuando estamos hablando de la decodificación las habilidades que hay que adquirir son las mismas para un soporte u otro. En la enseñanza de la lectoescritura, se plantea siempre una brecha enorme, hay una discusión muy profunda respecto a cuales son los métodos que uno debería usar para enseñar a leer y escribir. Esto genera un debate que por momentos, no sé si es inhabilitante, pero que sí desprestigia, o neutraliza todo lo que se haga desde un lugar o desde el otro. Como si solo fuese blanco o negro, como si no hubiese posibilidad de grises. Particularmente creo que cada uno puede utilizar el método que quiera, y los métodos mixtos son aún mucho mejores.

Estoy convencida que cuando un chico no tiene dificultades para aprender a leer y escribir, va a aprender a leer y escribir uses el método que uses. En cambio, cuando un chico tiene alguna dificultad, sin lugar a dudas que la enseñanza de cuestiones como las reglas de correspondencia, y  desarrollo de habilidades de conciencia fonológica, es decir, lo que tiene que ver con la manipulación de los sonidos, el poder establecer que a esa letra le corresponde un sonido, cómo está constituida la palabra, la reflexión sobre esas cuestiones, le va ser útil. La base del método un poco más fonológico, es esencial. Vuelvo a decir, para la chica o el chico que no tiene dificultades cualquier método va a ser útil. Pero el gran problema está cuando tenemos niños que tienen dificultades. Y esto se demostró muy bien, especialmente en EEUU, aunque tengan una lengua diferente, con lo que es el programa de respuesta a la intervención. Muchos chicos que eran diagnosticados, y catalogados como disléxicos, cuando en realidad no lo eran. Lo que sucedía es que  no habían aprendido como correspondía.

Estamos frente a habilidades que son culturales, como la lectura, la escritura, la comprensión y  la producción de textos. Esto implica la necesidad de una enseñanza explícita. Y en la enseñanza explícita, de la instancia de la decodificación, está también la enseñanza del principio alfabético y de la conciencia fonológica. Si no lo enseño explícitamente, corro el riesgo de que en muchos casos no se aprenda como corresponde, y que  produzca que después se llegue a diagnosticar o catalogar al estudiante con retraso lector y dislexia. Y muchas veces esto responde más a un tema ambiental, es decir, a un tema de que no aprendió o no se le enseñó como correspondía, más que a un tema de otra índole. Entonces me parece que hay una guerra de la enseñanza, que los dos métodos tienen sus ventajas, sus desventajas y que deberían complementarse. Ya no deberíamos estar discutiendo estas cosas. En gran parte del mundo esto ya no se discute.  Debería hacerse uso de cada uno de los beneficios que tienen los métodos, y ser especialmente considerados con aquellos alumnos y alumnas que tienen más dificultades para aprender a leer y que no pueden lograrlo con cualquier método.

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