InfoLuminis: Entrevista a Anne-Marie Chartier.

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Entrevista en la que Anne-Marie Chartier   historiza  y reflexiona acerca de la relación entre los cambios culturales vinculados a las tecnologías de la información y la comunicación y las prácticas educativas de lectura y escritura.

Anticipando las Jornadas Internacionales para Docentes de la Feria del Libro entrevistamos a *Anne-Marie Chartier quien, el viernes 25 de abril a las 14 horas, estará brindando  allí una conferencia titulada: Entre la esperanza y el temor: la incertidumbre de los educadores ante la evolución de la lectura.  

anne-maria-chartier-web   *Anne-Marie Chartier es Agregada de Filosofía y Doctora en Ciencias de la Educación. Fue profesora de la Escuela Normal de Versailles, profesora asociada de los Institutos Universitarios de Formación de Maestros (IUFM), y ejerció luego la docencia y la investigación en el INRP (Instituto Nacional de Investigación Pedagógica), en el departamento de Historia de la Educación donde dirigió investigaciones sobre la historia de la lectura y su escolarización durante los siglos XVII y XX en el marco de la enseñanza básica, buscando confrontar los discursos y las prácticas.  Recientemente, publicó L´école et la lecture obligatoire (Retz, 2007). Muchas de sus obras y artículos han sido publicados en español, particularmente: Enseñar a leer y escribir, Una aproximación histórica (Fondo de Cultura Económica, 2004),  conjuntamente con Jean Hébrard, Discursos sobre la lectura 1880-1980 y  La lectura de un siglo a otro (Gedisa, 1994 y 2000). Fue Jefe de Redacción de la revista Recherche et Formation (Investigación y Formación, INRP).

 

A continuación los invitamos a abordar esta breve entrevista en la que Anne-Marie Chartier   historiza  y reflexiona acerca de la relación entre los cambios culturales vinculados a las tecnologías de la información y la comunicación y las prácticas educativas de lectura y escritura.

En el marco de las irrupciones y desarrollos de la tecnología de la información y la comunicación en las últimas décadas, en relación a los nuevos hábitos y prácticas que se instalan socialmente mediante su uso ¿Cómo observa los cambios culturales entre generaciones y su impacto en las formas de enseñar y de aprender?

_No todos los cambios culturales tienen impacto en las formas de aprender y enseñar. Por ejemplo, la migración del campo hacia la vida urbana, la democratización de las vacaciones y las posibilidades de viajar, la reducción del promedio de integrantes en las familias, o la desafección por la religión han tenido un gran impacto en la vida social, pero ningún impacto directo en las formas de enseñar y aprender. Sin embargo, el auge de la prensa popular en el siglo XIX, la llegada de la radio en la década de 1920, la llegada de la televisión en la década de 1960, son cambios que han alterado la relación de adultos y niños. Por lo tanto ese caudal de  información y conocimientos que ingresaron al espacio y al tiempo de ocio afectaron las formas de enseñar y aprender.

Por otro lado lo pedagogos han combatido, vigorosamente, contra la televisión, tal como también, en su tiempo, condenaron al diario por sus prácticas sensacionalistas de “poner la sangre en las letras” para atraer clientes – lectores sobre los acontecimientos que presentaban.

Los educadores encontraron en la televisión un competidor formidable, porque la TV era vista como una «escuela paralela”, sin obligaciones, ni sanciones. Esas características sugerían que se podía aprender sin más  esfuerzo que el de presionar un botón y ver.

La escuela se enfrenta ahora a la competencia de las computadoras portátiles conectadas a Internet, junto a herramientas como las tabletas y los teléfonos inteligentes. Este es un fenómeno que también cambia la educación (la “revoluciona” dicen sus partidarios). Sin embargo cualquier cambio en la tecnología de transmisión de la información y de la comunicación siempre ha obligado a los maestros a redefinir su papel. De hecho, muchos consideran que su trabajo está en cortocircuito por la presencia de las máquinas, que serían más eficientes para difundir los conocimientos de los que antes eran custodios y mediadores autorizados.

De alguna manera, los » dispositivos de comunicación » requieren que todos los maestros  reinventen sus prácticas de una forma mucho más imperiosa de  que la plantean los ministros y activistas de los más convincentes movimientos de innovación pedagógica.

¿Podríamos , entonces, observar tensiones en la enseñanza entre la dinámica de los nuevos medios que trabajan con el lenguaje audiovisual y  la lógica escritural que predomina en la educación formal?

_La dinámica de los nuevos medios de comunicación es impulsada por la lógica del mercado en la que los fabricantes de hardware se ven obligados a la invención permanente, para generar  herramientas que se vuelvan viejas, anticuadas y obsoletas rápidamente, y de esa forma obligar a  los usuarios a comprar un nuevo equipo. Frente al uso constante de estos productos tecnológicos podemos celebrar el desgaste más lento que tienen los seres humanos, siendo, incluso,  que la mayoría de ellos ni siquiera tienen la característica de mejorar con la edad en el uso de la tecnología, salvo que los asistan usuarios expertos, no así principiantes. Pero también el mercado de la tecnología de la escritura es muy dinámico. Cuando estoy en el metro, entre París y los suburbios, veo a mi alrededor gente que lee en las pantallas de sus computadoras  portátiles, en sus teléfonos celulares (en los que también escriben mucho) y en los dispositivos de nuevos libros electrónicos. No podemos decir, entonces, que los nuevos medios de comunicación son solo  la televisión, o que la vinculación de los medios de comunicación sólo se da con la imagen y la voz como lenguajes principales. Podemos observar, en cambio,  que restauran un papel esencial de la lectura y la escritura.

Sin embargo, estoy de acuerdo con el hecho de que los nuevos medios de comunicación  trabajan con múltiples lenguajes, ya que dan acceso tanto a la imagen, la música, el vídeo, los datos cifrados, la escritura. Personalmente, a mí me parece más una posibilidad que un  peligro en sí.

Cuando Gutenberg inventó la imprenta, revolucionó la difusión de la escritura por medio de la impresión, pero este progreso tuvo un precio: la pérdida del color y de las imágenes en los textos. Las personas que leían libros y manuscritos ilustrados y en colores tuvieron que conformarse con las páginas en blanco y negro. En ese sentido yo pienso que la invención de la imprenta fue percibida como una pérdida.

Hoy vemos como las nuevas formas de comunicación científica y educativa han dominado herramientas como el powerpoint y el video, que combinan esquemas de edición de imágenes y oralidad. Pero  el problema sigue siendo el de la entrada en la escuela de estas nuevas formas de comunicación y, sobre todo, su entrada en los dispositivos de los exámenes, en la evaluación. Por ejemplo, las calculadoras fueron admitidas después de una larga lucha. Es esperable que las computadoras portátiles  se incorporen más rápido, pero esto significa que la definición habitual de un examen no puede basarse exclusivamente en la memoria y la inteligencia del alumno, sino también en el acceso a bases de datos,  a información en línea, etc. Se debe imaginar otra cosa, lo que no es fácil.

Por el momento, la gran ventaja de la «lógica escritural» es que es mucho más económica en la energía de los materiales y del tiempo que insume, ya que obedece solo a la lógica de un discurso, que es lineal y que no tiene más necesidad que de sí misma. Cuando buscamos realizar una evaluación o un control ésta siempre está disponible y no se “cuelga”, razón por la que se sostiene y continua creciendo en las escuelas.

 ¿Qué aspectos en la formación docente considera que deben trabajarse  prioritariamente?

_La Formación actual  de los docentes no plantea los mismos problemas que la de los maestros del mañana. Estos nacerán bastante después de Internet, estarán familiarizados con las nuevas herramientas y las utilizarán sin dificultad con los niños de sus clases. Hoy en día, tenemos que pedirle a una generación de maestros que aprendan a utilizar una serie de herramientas que nunca han utilizado cuando eran alumnos. Por ejemplo, la pizarra digital ofrece enormes facilidades para la gestión del aula, para ver los pasos de trabajo, para escribir y registrar las producciones de los niños y del proyecto realizado, etc.

El problema es que para aprender a usarla, uno debe desmontar otras prácticas y otros hábitos. Esto no sucede de manera espontánea. Incluso si se es lo suficientemente ágil en cuanto las acciones que requieren estas nuevas herramientas, y más rápido para aprender que los cambios en el sistema educativo, la condición para desmontar los viejos hábitos es que los nuevos usos hagan la vida más fácil. Por ejemplo: el uso de la fotocopiadora se implementó tan pronto como el equipo llegó a las escuelas. Sin embargo, el establecimiento de una pedagogía de texto libre,  de la escritura individual y colectiva (hasta un periódico en clase, por ejemplo) es mucho más difícil de establecer pedagógicamente. La fotocopiadora proporciona asistencia técnica, no un pensamiento pedagógico. No resuelve los problemas de la desigualdad entre los niños o las dificultades para mejorar un texto de reescrituras sucesivas, no democratiza el acceso a la palabra escrita: sólo permite reproducciones inmediatas en el lugar.

Del mismo modo, el uso de computadoras y de las tabletas en los estudiantes cambia significativamente las áreas de trabajo, la organización de actividades, la colaboración entre los niños, etc. Pero este uso no define una pedagogía.

Actualmente sólo los profesores para quienes estas herramientas son de uso habitual están preparados para su uso “cotidiano” en la clase: ¿Van a ser mejores educadores por esto?  No estoy segura, pero lo que sí es seguro es que van a inventar nuevas formas de hacer en la clase que tendrán consecuencias importantes en  el paisaje escolar. Ya hemos visto esto en el pasado.

Así, en 1860, los maestros también tuvieron que aprender a organizar el trabajo con los niños más pequeños, cuando la pizarra y  los cuadernos llegaron a todas las aulas y se dejaron de usar las plumas de ganso. Hasta entonces, sólo los estudiantes de mayor edad tenían mesas. Con la llegada de los cuadernos y las plumas de metal, incluso los principiantes comenzaron a escribir las primeras letras al mismo tiempo que aprendían a leer. Para trabajar en su cuaderno y escribir, era necesario que cada niño tuviese una mesa. Esto fue el nacimiento de la clase que conocemos, con escritorios alineados en filas, con el pizarrón delante de los estudiantes, para que puedan copiar lo que escribe el profesor. Muchos piensan que este modelo de la clase «siempre ha existido», pero no en todos los casos fue así!

El establecimiento de esta organización agitó todos los hábitos educativos, pero en, apenas, una generación esas nuevas formas fueron adoptadas en todo el mundo, ya que facilitaron la vida de los maestros y mejoraron los resultados educativos en la lectura.

En 1880, nadie se acordaba ya de cómo las cosas podrían haber sido «antes». Creo que la generación más joven de los maestros es necesariamente capaz de lograr esto, y tal vez aún más rápido. Antes del 2015, estoy segura que nadie va a recordar bien cómo eran las cosas «antes».

Para ampliar la perspectiva sobre las ideas de la Dra Anne-Marie Chartier puede ver el  Video de la conferencia   Entre la esperanza y el temor: la incertidumbre de los educadores ante la evolución de la lectura  dada en  las Jornadas Internacionales para Docentes, Lectura y Educación, una relación que se renueva,  el 25 de Abril 2014 en la Feria del Libro 2014, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.

El video está acompañado de una guía didáctica para aplicar en el aula en el nivel de Formación Docente.

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