Entrevista a Fabricio Ballarini. Las Neurociencias y la investigación en el aula. Boletín de Novedades Educativas N°103.

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En este boletín entrevistamos al neurocientífico Fabricio Ballarini para indagar sobre cómo se investiga en el aula aplicando las neurociencias y qué tipo de relaciones se dan y cuáles otras serían necesarias entre los dos ámbitos.

Fabricio Ballarini es investigador del CONICET y licenciado en Ciencias Biológicas egresado de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA. Tiene un doctorado y un postdoctorado otorgado por la Facultad de Medicina de la misma universidad. Ha publicado en varias revistas científicas internacionales de alto impacto y ha dado conferencias en congresos nacionales e internacionales. Sus trabajos fueron publicados en distintos medios de comunicaciones nacionales e internacionales como la BBC, El Mercurio (Chile) y Quo (México) entre otros. Fue el asesor científico del ciclo “Científicos Vorterix” y participa como columnista del programa “Tenemos malas noticias” emitido por Vorterix. Es el creador de las jornadas “Educando al Cerebro”. Es autor del libro REC (2015)

 

 

-FL:- ¿Cuál es el lugar de las neurociencias actualmente?

-FB:-Primero definamos brevemente qué es la neurociencia. Es el estudio e investigación multidisciplinario sobre cómo funciona el cerebro. En esta ciencia confluyen profesionales de distintas áreas, tales como biólogos, físicos, psicólogos, matemáticos e ingenieros. En su vínculo con la educación también abarca a la pedagogía y la psicología.

Últimamente se ha puesto de moda, esto ha generado que no solamente florezcan buenos trabajos en neurociencias, sino que también se vinculen y, tergiversen cuestiones que no tienen relación con la neurociencia.

Particularmente en el ámbito de la educación se ha producido un traslado de información e inclusive a las aulas, no solo proveniente de investigaciones serias sino también de ese tipo de tergiversaciones con consecuencias negativas para la investigación científica.

La ciencia es muy reduccionista, las explicaciones que puede llegar a dar a veces son parciales, y a veces se tarda muchísimo en resolver determinados problemas. A su vez la verdad a la cual llega la ciencia es una verdad en potencia, porque lo que nosotros investiguemos en esta vida probablemente dure muy poco tiempo. La idea de la ciencia es que otras investigaciones sucederán a las actuales mejorando y modificando sus conclusiones. Por ese motivo como científico uno está motivado todo el tiempo, porque las conclusiones a las cuales llega abren nuevas puertas y caminos.

-FL:- ¿Por qué decías que el traslado de información  de la neurociencia directamente al aula es algo negativo para la investigación?

 -FB:- Porque para  el común de la gente enfrentarse a una noticia derivada de un resultado parcial de una investigación científica puede generar  cambios en los hábitos sobre cómo hacen ciertas cosas; por ejemplo,  la información respecto a que comer determinados alimentos podría ayudar a determinadas afecciones. Bueno, al año siguiente eso no sirve entonces la gente dice, la ciencia no me está dando resultados, así que ese es el gran problema. Eso actualmente sucede en el ámbito educativo.

Por un lado es muy bueno que la sociedad y el mundo se enteren de los resultados de las investigaciones científicas porque de alguna manera si esas investigaciones son financiadas por el Estado, es parte de la construcción ciudadana que los científicos cuenten en qué se invierte, porque es una manera de mostrar que esa inversión sirve para algo.

Ahora si la divulgación se da solo porque sí, muchas veces esos nos invita a que confundamos el sentido de un conjunto de investigaciones y terminemos asociando, por ejemplo, a la neurociencia con la  autoayuda.

Muchas veces veo algunos cursos o congresos en los cuales ni siquiera hay especialistas, ni personas que saben del tema y solo se utiliza el título de neurociencia para generar algún ingreso

Si alguien va a un congreso de neurociencia y escucha exposiciones que presentan cuestiones erróneas o simplificaciones que no tienen relación con las neurociencias eso genera un rebote negativo en quienes investigamos, porque al momento de tramitar un subsidio, en algunos casos tenemos que superar la barrera de que nos vean a todos por igual.

-FL: ¿Cuáles son los problemas que observás cuando se intenta forzar esa bajada de las neurociencias en el ámbito educativo?

-FB:-Haciendo foco puntualmente en el ámbito educativo, muchas de las personas que hablan, pero desconocen de neurociencia hacen un traslado de los resultados científicos directamente al aula y eso es un enorme error. Eso en realidad se hace por una necesidad de llenar un vacío, o de pensar que la neurociencia podría resolver un montón de problemas, lo cual es absolutamente falso al día de hoy.

Por otro lado forzar ese traslado es no entender la investigación científica. Por ejemplo, en investigación científica se sabe que el estrés afecta los procesos de consolidación del aprendizaje. Para llegar a esa conclusión se hicieron experimentos con roedores, otros animales y hasta con seres humanos, pero en todos los casos fue en contextos de laboratorio. Para hacerlo se invitaron a muchas personas al laboratorio y los estresaron, los ponían en un balde con agua congelada y observaron que cuando les intentaban enseñar algo en esas condiciones no aprendían.

¿Eso significa que los chicos en los colegios en contextos de estrés aprenden más o menos? No, porque no se probó, porque no sabemos cuándo un chico se estresa, si se estresa en un examen o si se estresa cuando entra un directivo. Por este motivo decir que el estrés afecta al aprendizaje es hacer una afirmación parcial que educativamente no tiene ningún valor, porque no hay muchos trabajos hechos en las aulas. Lo interesante y útil, en esos casos, sería hablar de ciencia, o neurociencia, pero en base a trabajos realizados en entornos educativos.

-FL:-¿Como investigador, cómo intentas desmontarlas simplificaciones cuando se acercan docentes a pedirte justamente, alguna orientación para poder mejorar su práctica?

-FB:-En esas situaciones  me encuentro ante una disyuntiva ya que existe una enorme necesidad…

Hace 11 años que estamos investigando en las escuelas y los resultados que tenemos, si bien son muchos, a nivel global son muy chiquitos, Podría resumírtelos en pocas líneas aunque nos han demandado años de trabajo de investigación…

La cuestión es que se hace necesario comunicar esos resultados para que los educadores y la sociedad en general se enteren de que hay gente que está trabajando esos temas. Eso genera una mayor permeabilidad a las investigaciones científicas dentro de las aulas, y un efecto de contagio. Es necesario una mayor comunicación con la comunidad educativa para facilitar    nuestro acceso a los colegios.

La idea es tratar de transmitir los conceptos y la información científica a docentes y directivos, siendo que puede que no estén muy familiarizados con determinados descubrimientos acerca del cerebro que probablemente tengan una implicancia con el día a día en aula.

Es importante saber también que la ciencia, o por lo menos, la ciencia que se dedica al cerebro o la neuroeducación no dice nada absoluto, sus aportes constituyen solo uno más, entre los otros tantos de otras disciplinas del sistema pedagógico -educativo existente. Esos aportes, resultantes de las investigaciones, en algún punto terminan siendo bastante pequeños y parciales dadas las problemáticas complejas  de las  escuelas.

Es importante que los docentes sepan que existen diferentes formas de analizar diversas problemáticas y que algunas preguntas en torno a ellas pueden trasladarlas a un investigador para que los ayude o desarrolle una línea de investigación que en un futuro les den una respuesta.

Desde el lado de los científicos hay que tener en claro que al docente no solamente hay que solicitarle tiempo y espacio con sus alumnos para que lo brinde a la ciencia, sino que también hay que darle información para que pueda entender lo que sucederá dentro del aula.

-FL:-¿Cómo se pueden enfocar los aportes de la neurociencia en relación al funcionamiento del cerebro y el aprendizaje para que los docentes puedan  transformar ciertas nociones en ideas más concretas y así afinar sus estrategias de acuerdo a las particularidades de cada alumno?

-FB:- Al menos existen tres objetivos a grandes rasgos, el primero es tratar de ver si algunas de las estrategias que utilizan los docentes tienen algún asidero en conocimientos vinculados con el quehacer científico. En muchos casos hay experiencias que realizan los docentes que surgen de manera más intuitiva.

-FL:- ¿Por ejemplo?

 -FB:- Cuando contamos ante docentes experiencias vinculadas a la sorpresa, y su relación con el aprendizaje muchos nos dicen que ya habían hecho experiencias similares. En esos casos a lo que apuntamos es a afinar esa conciencia respecto a las estrategias que funcionan y darle también una entidad fisiológica o científica, es decir, “esto podría estar pasando porque sucede esto y esto”.

El segundo objetivo es generar en los docentes conciencia respecto de la necesidad de emplear determinadas metodologías para analizar las estrategias didácticas aplicadas. Con esto me refiero a aplicar una metodología científica con la que se pueda corroborar dentro de las aulas determinadas hipótesis. De esa manera tratamos de generar muy lentamente un pensamiento crítico sobre los conceptos que ellos tenían.

Y el tercer objetivo es que los docentes tengan presentes las herramientas para poder transmitir ese conocimiento directamente en el aula. Que luego de las experiencias que realizamos no quede todo como algo anecdótico, sino que adquieran el conocimiento necesario que les permita comprender cómo funciona, por ejemplo, la memoria del aprendizaje y lo apliquen en sus estrategias en el aula.

-FB:-¿Qué líneas están  trabajando en educación?

-FB:-Los procesos de memorización en el aprendizaje. Cómo los alumnos guardan recuerdos y de qué manera podemos hacer que esos recuerdos duren más o menos tiempo en su cerebro si les pueden dar posibilidades de aprender en un futuro.

En ese sentido, tenemos resultados sobre el efecto de la sorpresa dentro del aula en relación al aprendizaje. Esos resultados los estamos trasladando a otros procesos que tienen que ver con la memoria, como por ejemplo la imaginación, la creatividad, y hasta la actividad física.

Todo está en fase experimental. Son procesos muy lentos que realizamos en las escuelas. Para eso necesitamos maestros y directores comprometidos en brindar acceso y tiempo en el aula. También hace falta inversión, ya que en Argentina la temática de las neurociencias vinculadas al sistema educativo es muy reciente.

FL:- ¿Sobre qué operan  prioritariamente con la sorpresa: el intelecto, las emociones…?

-FB:- En realidad, tiene que ver muchísimo con las emociones. Desde un comienzo en nuestra investigación comenzamos estudiando el efecto de la sorpresa sobre el aprendizaje en animales. En esos casos no podíamos identificar qué tipo de emociones le estábamos brindando al animal cuando lo sorprendíamos porque no nos lo podía transmitir por medio del lenguaje, no nos podía contar si sentían felicidad o angustia, por ejemplo.

Lo que descubrimos en principio en animales de laboratorio, después lo trasladamos a seres humanos, para luego ponerlo a prueba en el ambiente educativo. Allí investigamos con chicos de primaria, secundaria, y también con alumnos de la universidad.

En esas experiencias apuntamos a identificar qué eventos nos sorprenden y nos sacan de la rutina, qué es lo que rompe con esa predicción que uno tiene de lo que está por venir.

Los eventos que generan sorpresa y producen una emoción se guardan con mayor fuerza en la memoria. Eso es algo de lo que habitualmente podemos dar cuenta a lo largo de la vida, ya que recordamos anécdotas o situaciones que nos sorprendieron.

Lo que descubrimos es que esa sorpresa no solo ayuda a guardar la sorpresa por sí misma, sino que ayuda a guardar situaciones periféricas que sucedieron cercanas a ese evento sorpresivo. A partir de ese conocimiento y de identificar el lapso de tiempo en que la sorpresa se relaciona con el contexto asociamos eventos sorpresivos a aprendizajes complejos dentro del aula, y observamos que a través de la sorpresa podemos fijar mucho más fuertemente aprendizajes que están vinculados a ella. Para eso llegamos a la clase y trabajamos con un contenido nuevo vinculado a lo que vienen viendo, pero a su vez es un tema desconocido, con profesores nuevos generando un ambiente que se produce sin previo aviso.

-FL:- ¿Este tipo de descubrimientos  no estarían dentro de lo que los docentes saben por experiencia y sentido común? ¿Recibiste ese tipo de críticas?

-FB:-Obviamente, es sentido común. Lo que estamos diciendo no es novedoso.

-FL:- En todo caso valida algo que intuitivamente en muchos casos ya se desarrolla…

-FB:-De hecho lo que nosotros estamos contando respecto a la consolidación ya fue planteado en 1900 por psicólogos alemanes. Lo que sucede es que nunca esa hipótesis se comprobó neurofisiológica o molecularmente. Lo que planteamos no es solamente decir que esto sucede si no que tenemos datos de cerebros de animales, recabados en base a hipótesis que justifican este procedimiento. No solamente vemos una correlación respecto a que una novedad sorpresiva puede aumentar el aprendizaje y la memoria, sino que lo que tenemos es una causalidad, una consecuencia de un proceso celular. Eso, en algún punto, si bien es difícil de comunicar al colectivo educativo, es una muy interesante estrategia educativa. Es una de las primeras estrategias educativas que si bien no hace una revolución educativa, es la única que tiene fundamento y una causalidad basada en el conocimiento del cerebro.

Cuando entramos por primera vez a los colegios nos decían, “esto es parecido al aprendizaje significativo”. Los “aprendizajes significativos” son un gran caballito de batalla de la educación. Por ejemplo, el aprendizaje significativo se usa para aprender fracciones, se lleva una torta al aula y se divide en porciones. Eso está bien, pero no existe ninguna evidencia científica, cuantificable de que ese tipo de aprendizaje sea mejor que otro. ¿Se hizo algún experimento que probara el aprendizaje significativo y otro tipo de aprendizajes en distintas aulas del mundo, en distintas edades? No. Con esta observación no me refiero que todo lo que se hace en el aula deba ser probado, pero algunas estrategias podrían basarse en un parámetro con cierta rigurosidad.

-FL:- Lo que se plantea desde la neurociencia son ciertas perspectivas de análisis que pueden generar pequeñas modificaciones justamente en la formas de enseñar y en las formas que los alumnos se vinculan  con el conocimiento (donde interviene el aspecto emocional). El aporte de las neurociencias consistiría en validar posibles modificaciones en el sistema… Esa sería una línea de relacionamiento entre neurociencia y educación…

 -FB:-Sí, y esto da pie para recalcar que los neurocientíficos necesitamos que los educadores, los pedagogos, psicopedagogos, y las maestras en ejercicio así como también  ,los formadores de docentes ,  tengan una vinculación con el ámbito científico, puesto que nuestro razonamiento tiene un límite, necesitamos esa alianza con el sistema educativo para  crecer, avanzar en nuestras investigaciones…

A su vez estamos tratando de generar en el colectivo educativo la necesidad de esa alianza con el ámbito científico, enriquecedora tanto para los alumnos y docentes como para los científicos. Ellos tienen los conocimientos, los alumnos, las hipótesis, las ideas y las preguntas…Nosotros podríamos contribuir con la incorporación de la metodología de investigación científica la cual sería de gran utilidad para resolver varias cuestiones en el ámbito educativo

A través de la propuesta de Educando al cerebro intentamos vincular el ámbito educativo con el colectivo científico. En los talleres que organizamos con diferentes universidades los docentes participan activamente enriqueciendo su formación al tomar contacto con nuevos conocimientos. A su vez en esos encuentros se generan nuevas preguntas que nutren nuestras investigaciones.

La neurociencia puede contribuir con aportes de su campo en el ámbito educativo siendo esencial el permanente feedback entre neurociencia y educación para avanzar en el conocimiento.

 

 

 

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