La Educación Inicial en Argentina. Entrevista a Jennifer Guevara. Boletín de novedades educativas N°105

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La educación inicial es un punto de partida nivelador de condiciones  para los niños y niñas de nuestra sociedad, más aún en un país con un 50% de la población menor de 14 años en condiciones de pobreza. Sobre esa base el CIPPEC y UNICEF  produjeron el informe  Mapa de la educación inicial en Argentina. En Educación Hoy, nuestro espacio radiofónico en formato podcast,  entrevistamos a una de sus autoras, la Dra Jennifer Guevara, quien desarrolla el estado de situación, problemáticas y líneas de acción para ese nivel educativo.

Jennifer Guevara es Doctora en Educación y Licenciada en Ciencias de la Educación (Universidad de San Andrés). A su vez, es Investigadora Asociada del Programa de Educación de CIPPEC y Rising Talent Fellow  en la Dublin City University.

 

El podcast completo puede escucharse aquí:

A continuación algunas de las principales preguntas:

-Fundación Lúminis:- ¿En qué estado se encuentra la educación inicial en la Argentina?  En ese sentido CIPPEC y UNICEF realizaron un Mapa de la Educación Inicial en la Argentina.

-Jennifer Guevara:- Hace ya casi 3 años, nos propusimos entre UNICEF y CIPPEC, elaborar un Mapa de la Educación Inicial en la Argentina. El objetivo fue mapear todo aquello que hay en materia de educación inicial en 3 dominios diferentes:

  1. La oferta para los más chicos, es decir los jardines maternales y de infantes.
  2. La regulación y la normativa; por ejemplo,cuántos niños por adulto tiene que haber en un salón de primera infancia, cómo tienen que ser las ventanas, qué posibilidades de acceso deben tener al espacio exterior. Esto también incluye al currículum, dado que  es parte de la regulación, porque que define qué experiencias de aprendizaje se espera que los chicos tengan en esos espacios.
  3. La formación y las condiciones de trabajo de los docentes.

En relación a esos 3 dominios observamos que hay muchas buenas noticias y también muchos desafíos y cuestiones a pensar. La buena noticia es que el nivel inicial avanzó mucho en los últimos 15 o 20 años. Hoy en día podemos decir que prácticamente todos los niños del país acceden a un jardín de infantes a los 5 años.  Eso es muy importante, porque no es algo que ocurría, ni que ocurre en todos los países de América Latina. Es un muy buen indicador. Otra buena noticia es que hay muchos más chicos que antes que acceden a la sala de 4. Un 80% de los niños, a nivel país, tienen posibilidad de estar en un jardín a los 4 años. En la sala de 3 esto se da menos porque asiste alrededor de la mitad de la población. Con muchísimas disparidades muy poquititos niños acceden a las salas maternales de 45 días, uno  y dos años. Ahí vemos muchos avances, pero también mucho para trabajar. Sobre todo en términos de distribución. Los  niños de menor edad cuyas familias tienen menores ingresos y viven más lejos de las grandes ciudades y centros urbanos tienen muchísimas menos probabilidades de acceder a un centro maternal o un jardín de infantes.  Incluso por esas tres poquitas horas que brinda el jardín.

Solo un 7 % de toda la oferta del país brinda jornada completa.  Eso es muy poquito en relación a  los chicos que efectivamente la necesitan.

En cuanto a la regulación vemos también enormes avances, porque hoy en día todas las provincias tienen un currículum actualizado para el jardín de infantes y no así para el maternal. Es decir que sabemos lo que se espera que pase desde los 3 a los 5 años., pero no siempre para los niños más pequeños de 45 días a 2 años. Ese es un foco en el que creemos que debe ponerse bastante atención.

Por otra parte, los docentes están muy actualizados.  Cuando uno mira los diseños  curriculares para la formación de los docentes del nivel inicial vemos que el  Instituto Nacional de Formación Docente (INFOD) ha hecho un gran trabajo en actualizar, alinear y amalgamar el modo en que se forman los docentes para el jardín. Así mismo esto convive con mucha sectorialidad, ya que los docentes se forman fuertemente para trabajar en el sistema educativo y no en los diferentes contextos donde se encuentran los niños más chiquitos.  Además, se pone un fuerte foco en la función de enseñanza, pero mucho menos en la función de crianza y cuidado, ya que tendemos a pensar que esas no son funciones de la educación inicial. Si queremos atender y recibir a todos los chicos necesitamos ocuparnos de las tres dimensiones, y ese es un desafío para pensarlo a futuro.

-FL:- El 50% de los chicos de 0 a 14 años está en situación de pobreza. ¿Por qué la educación inicial es tan importante para atacar este problema?

-JG:-  La educación inicial no resuelve el problema agudo que tenemos en la Argentina de concentración de la pobreza en los más chicos. Eso se traduce en que uno de cada dos niños son pobres. Pero este nivel educativo sí es una pieza de un sistema, de un eslabón de políticas y de una cadena prestacional que empieza desde el momento en que hay una persona gestando hasta el momento en que los niños ingresan a la escuela primaria (incluso un poquito más). Podemos pensar que  esos primeros cinco años  son fundamentales en la vida de las personas, porque en ese período los chicos tienen un desarrollo de sus habilidades en todos los sentidos: motores, emocionales y sociales. Cuando nacemos, lo hacemos en familias con recursos y capacidades muy diferentes, como así también de acceso a prestaciones del Estado muy dispares, por lo que algunos acceden a muchos recursos y otros a unos pocos.

La educación inicial, y todas las prestaciones de esos primeros años, tienen la posibilidad de achicar esas diferencias, mantenerlas o incluso agrandarlas.  Cuando ese sistema y cadena prestacional no es pensada de manera adecuada, y con criterios de equidad, se agrandan esas diferencias existentes. Entonces, al momento en que los chicos entran en la escuela primaria, las diferencias son tan grandes que es muy difícil de revertirlas. Si pensamos en todas esas políticas, y las concentramos en los  primeros 5 años, tenemos posibilidades de achicar las diferencias y que los niños y niñas comiencen  su escuela primara y su infancia, ya no tan temprana, con muchísimas posibilidades de mejorar sus condiciones de vida.

-FL:- ¿Cómo se vincula el propósito de la educación inicial  con las características del contexto local de los alumnos y sus necesidades, que a su vez están presentes en las familias?

-JG:-  La escuela, como formato, suele tener muchas dificultades para vincularse con el contexto local, la realidad y las tradiciones de las familias y comunidades alrededor de la escuela. Pero la educación inicial necesita hacerlo, no es que puede elegir en ese punto. La única manera de trabajar con los más chicos es compartir estas funciones. Hay muchas cosas que pueden hacerse desde la esfera de la práctica, pero también desde la esfera de la organización institucional. En la práctica, los docentes muchas veces efectivamente lo hacen. Charlan con las familias y piensan cuáles son los hábitos de alimentación que tiene un chico en su casa, y cómo los pueden combinar con lo que ofrecen desde el jardín. Esto también se trabaja desde  la organización institucional; por ejemplo, cuando los jardines tienen un horario de ingreso fijo, a las 8 de la mañana, y un horario de salida fijo, a las 11 de la mañana, esto tiene muy poquitas posibilidades de vincularse con las realidades de la mayoría de las familias de la Argentina, donde las mujeres necesitan y quieren salir a trabajar. Entonces, una franja horaria de 3 horas no les permite vincularse con esa realidad y posibilidad. Así, también sucede con otras cuestiones, como el modo en el que se realizan las distintas actividades al interior de los jardines, y la forma en la que se le habla a los chicos. ¿En qué lengua le hablamos a los niños? ¿Es la lengua de la casa? ¿Es la lengua de su país?  Hay muchas cosas para pensar ahí, pero siempre la respuesta es  local y situacional por parte de cada institución.  Lo que hay que crear son las condiciones para que las instituciones puedan tomar esas decisiones y puedan realmente ofrecer soluciones específicas y situadas en la realidad de cada comunidad.

-FL:- ¿Eso implica un grado de autonomía por parte de esas instituciones para poder definir ese tipo de estrategias?

-JG:-  Eso implica algún grado de autonomía y alejarse un poco del formato estanco que hay en la escuela. Un formato que está muy asociado a pensar en cómo funciona la escuela primaria. El nivel inicial y la primaria son muy diferentes. El nivel inicial necesita estar enraizado en el territorio. Eso tiene que ver no solo con la realidad de las familias, sino también con las necesidades  de los chicos.  Mientras más chicos son, más multidimensionales son sus necesidades.  Por eso, creemos que debemos  pensar a los jardines y todas las ofertas de primera infancia, al igual que todos los espacios de crianza, enseñanza y cuidado,  como instituciones integrales que ofrezcan enseñanza, pero que también ofrezcan servicios de salud, prestaciones de desarrollo social, y que permitan realmente responder a los desafíos y las necesidades de los chicos en cada contexto. Sabemos que hoy la mitad de esos niños son pobres en la Argentina. Por eso, pensar la educación inicial para el territorio, implica entender que ese 50% tiene,  además de la enseñanza,  necesidades de crianza, cuidado, salud y desarrollo comunitario y social.

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